Ya sabía que esta historia me iba a gustar. Lo que no me imaginaba era que me sintiera tan identificada con muchos de los sentimientos de Olivia, su protagonista, una joven de 27 años que lucha contra una enfermedad diagnosticada: la depresión. Es un vaivén de emociones, un cuadro pintado con todo lujo de detalles, una historia que nos enseña a amarnos a nosotros/as mismos/as y a luchar por ser felices. Logan la ayudará a salir de su pozo, aunque para ello tenga que construir una cuerda con sus manos y empujarla durante el tiempo que haga falta.
Sencillamente, maravillosa.