«Cenizas trabaja en las calderas de la colonia marciana NR-1 y vive con su tía Lidia y sus primas en una célula humilde del extrarradio. Se acerca el próximo baile Invierno, en el que los Solteros de la colonia buscan pareja y en este en concreto, el príncipe Rodolphus asistirá para buscar esposa. Cenizas, aunque odia dichos bailes, decide acudir pero no para bailar: su misión es matar al príncipe y acabar con el sistema de pulseras».
OPINIÓN
Es la primera vez que leo a Inés y, francamente, he quedado maravillada con su forma de crear personajes e hilar la historia, añadiendo los matices necesarios y regalándonos un plus al finalizar la historia de Cenizas.
Este no es un retelling cualquiera del cuento de Cenicienta. Va mucho más allá, cambiando roles y dando vida a otros personajes que complementan a la perfección la historia de Cenizas, una chica que vive en las células del extrarradio del Nuevo Reino 1, la primera colonia de humanos que vive en Marte. Trabaja en las calderas, un lugar que permite a NR-1 sobrevivir bajo la dura atmósfera del planeta rojo. Sin embargo, a pesar de que NR-1 fue fundada como una colonia utópica, deja de serlo con el paso del tiempo y Cenizas decide unirse al grupo de los Sinpulseras, que pretende cambiar la situación y devolver el equilibrio y la justicia a la colonia.
Cenizas es un personaje impulsivo, con el pelo corto y negro, a quien no le apasionan nada los bailes de solteros que celebran en NR-1. Es una chica sencilla, humilde y valiente. Vive con su tía Lidia y sus dos primas, a quienes les oculta que pertenece al grupo de los Sinpulseras. Siempre ha tenido las ideas muy claras, al igual que su misión: acabar con el príncipe Rodolphus. No obstante, habrá algo que la pondrá en jaque y la obligará a replantearse su estrategia para acabar con la desigualdad.
Rodolphus, por su parte, es un joven príncipe que vive ajeno a la dura realidad de Cenizas, por no hablar de que desconoce por completo el lado más oscuro de Glent, uno de los duques que aconsejan al rey en los menesteres de la colonia… y su amante; no os quiero contar más de este personaje que, la verdad, me ha puesto de los nervios cada vez que ha aparecido. Rodolphus, en cambio, es distinto y he pasado por todos los estados de ánimo posibles con este chico que, a pesar de vivir rodeado de riquezas, no podría estar más solo.
Cenizas apenas tiene 180 páginas, pero es una lectura intensa, perfecta para romper el bloqueo lector o para desconectar del mundo en esos momentos en los que no podemos sumergirnos en algo más denso. La pluma de Inés es ligera y fresca, me gustaría leer algo más largo de ella y descubrir todo lo que tiene que mostrar.
Sin duda, os recomiendo esta distopía ambientada en un futuro en el que la Tierra ya no es lo que era y los cuentos toman un cariz muy distinto.
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