BORDERLANDS – EL ESCUADRÓN SUICIDA DE ELI ROTH

En Pasaporte Akihabara nos gustan los videojuegos como al que más, por eso hemos ido a ver el preestreno de la película Borderlands gracias a Diamond Films.

Hace unos días, un amigo me lanzaba una pregunta bastante clara: «¿Cuál es tu película favorita basada en videojuegos?» Sinceramente, no supe qué contestar, porque si bien las películas que tengo más manidas con respecto a semejante temática son las de Resident Evil, estas son un auténtico despropósito en comparación al videojuego. ¡Y Borderlands no es mejor tampoco!

Reconozco no haber jugado al videojuego lo suficiente para poder enlistar todos los fallos con respecto a este, pero si ya partimos de la base de que los protagonistas no son los mismos (del todo) ni tampoco la historia (del todo), volvemos a toparnos con otro director que quiere hacer fortuna a costa de otro videojuego. Que sí, que ya, que no es fácil adaptar algo al cine porque tanto la literatura como los videojuegos son formatos distintos. Pero esa excusa funciona en cierta manera, cuando intentas seguir algo de lo que terminas desligándote, no cuando coges una idea y la cambias a placer para convertirla en la trama más hollywoodiense, comercial y machacada que hay. Porque a Eli Roth podemos darle el beneficio de la duda en cuanto a ambientar su película, pero cuando se trata de guion… bueno, todos sabemos el tipo de director que es Eli Roth y cómo le gusta la violencia y la acción tanto tantísimo que se olvida de crear una historia que vaya más allá de las cuatro directrices iniciales.

¿De qué va la película? Para que os situéis, Lilith (Cate Blanchett) es una cazarrecompensas a la que el dueño de la corporación Atlas (Edgar Ramírez) contrata para ir hasta el planeta Pandora y rescatar a su hija. Una vez la encuentra y descubre los auténticos planes de Atlas, que piensa usarla para algo muy feo, se une al equipo de bandidos de la niña junto a Roland (Kevin Hart), Krieg (Florian Munteanu) y Claptrap (Jack Black), a los que más adelante se une Tannis (Jamie Lee Curtis), con intención de impedir que Atlas logre sus fines.

A aquellos que hayan jugado a los videojuegos esto les sonará… vagamente, porque ya no hablamos de que la historia decida crear su propia trama dentro del mundo de Borderlands, como sucede en la serie de Fallout, sino que, como siempre, se aprovecha todo lo que se puede de la idea principal y se destripa en favor de intentar vender un producto audiovisual más o menos digerible. Y digo más o menos porque nos encontramos con un Mad Max conoce a los Guardianes de la galaxia, pero cuyo humor se parece más a las peores etapas de los Vengadores, cuando los chistes van a destiempo y están tan usados por las mismas personas que ya no hacen gracia, volviéndose anticlimáticos. Supongo que el dinero en contratar guionistas fue a parar al bolsillo de Cate Blanchett y Jamie Lee Curtis, al igual que la propia película. Dos horas que, teniendo en cuenta el género de aventuras y acción donde se adscribe la misma, no deberían haber pasado como si fueran dos años.

Resumiendo, el Escuadrón suicida de Eli Roth cumple con lo que su nombre promete, porque se inmola al no lograr ni siquiera servir como un producto aceptable de ocio que no te tenga pensando cada dos por tres «¿cuándo se acaba esto?».

Pero como en Pasaporte Akihabara no vivimos en ninguna dictadura, os dejamos a continuación el tráiler de la película para que este 9 de agosto podáis juzgar por vosotros mismos:

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