PADRE NO HAY MÁS QUE UNO 4 – ¡ME CASO, PAPÁ!

Dicen que padre no haya más que uno, pero aquí, en Pasaporte Akihabara, hemos descubierto que se equivocan. No solo hay uno, sino que, en el caso de la película de Santiago Segura, hay hasta cuatro. Por eso hemos ido a ver Padre no hay más que uno 4: Campanas de boda gracias a Sony Pictures.

Santiago Segura lo intenta, de verdad que sí. Intenta mantener a raya todos los problemas que sus hijos, de distintas edades provocan, casi tanto como mantener esta saga a flote. Y parece que consigue ambos objetivos de la misma manera: con dedicación y un poco de suerte.

Porque cuando su hija mayor decide que quiere casarse con los dieciocho recién cumplidos, al mismo tiempo que otra de sus hijas se vuelve actriz, el otro entra en su fase existencialista antes de lo que le corresponde o la otra tiene envidia de su hermana pequeña, todo se vuelve un absoluto caos. Así nada la película casi constantemente, en un caos de problemas que no van demasiado de la mano, casi pareciendo más una sitcom que una película con su trama principal y que deriva en un plot twist que casi más parece de comedia romántica.

Por suerte contamos con caras bastante conocidas como para no haber disfrutado de ellas en otras ocasiones, copando la pantalla hasta límites insospechados y descubriendo, cada pocos minutos, otra más. Desde Toni Acosta, Silvia Abril, Antonio Resines, Vanesa Romero y Loles León hasta Antonio de la Torre. A mí, particularmente, me ha hecho ilusión encontrarme con Carlos Iglesias porque fui una de esas que se crio con un abuelo albañil que veía todos los días Manos a la obra.

No sé si una quinta parte estaráen los planes de alguien,pero lo que sí es cierto es que Santiago Segura necesita por lo menos cuatro ayudantes para manejar a todas esas fieras.

Así que, si os gustan este tipo de comedias, os adelanto que Padre no hay más que uno 4 se estrena el 17 de julio y que lo que va a recaudar se va a ir en libros de texto, bolígrafos y pagas semanales.

FLY ME TO THE MOON – UN ROMANCE ABOCADO A LAS ESTRELLAS

Houston, tenemos un problema. En Pasaporte Akihabara pudimos ver hace unos días Fly me to the moon, la nueva película de Sony Pictures en colaboración con Apple TV y que podréis disfrutar en cines a partir de hoy mismo, y no sabemos si vamos a poder expresar cuánto nos ha gustado.

Para empezar, la película cuenta con actores de la talla de Scarlett Johansson (Avengers, Lost in Translation) y Channing Tatum (Querido John, Magic Mike), y secundarios como Woody Harrelson (True Detective, Zombieland), Jim Rash (Community), Peter Jacobson (House M.D.) o Christian Clemenson (Boston Legal).

No podremos negar que esta historia ya nos suena mínimamente, y es que la carrera espacial que había comenzado en 1955 por ver si EEUU o Rusia llegaban antes al espacio tuvo su momento más trascendental en 1969, cuando los primeros lograron que el hombre pisara la luna por fin, dejando una bandera americana en su superficie. O eso dicen. Porque la leyenda que ha llegado hasta nuestros tiempos habla de un montaje paralelo con Stanley Kubrick a los mandos debido a la imposibilidad de que una cámara pudiera grabar en un ambiente tan hostil como el espacio.

La idea de coger un hecho histórico que se ha embebido durante años de esa leyenda y jugar con él a golpe de humor, añadiendo un toque de romance es algo que ha obsequiado a Fly me to the moon con un resultado estupendo, divertido, liviano y sin pretensión alguna. Digo esto último porque todos sabemos cómo es América y lo mucho que le gusta ensalzarse en sus películas. Sin embargo, en este caso, podemos contar incluso con cierta autocrítica que involucra a la guerra de Vietnam y al hecho de convertir todo en un producto vendible. Hasta las esperanzas existencialistas de cada ser humano por alcanzar la luna.

Así que la película nos presenta a una Frank Abagnale Jr. (sin lo de falsificar cheques) que se dedica a vender coches y que es pronto interceptada por un tipo del que ni siquiera sabemos su nombre (hasta esto era confidencial), sino únicamente su mote: Moe. A Woody Harrelson le da igual ser protagonista o secundario, porque sus personajes siempre se lo llevan todo. ¡Y mira que aquí tiene una competencia abrumadora con el personaje de Scarlett! Kelly Jones, que es nuestra Don Draper particular (con estrategias de marketing más sensacionalistas y menos profundas, todo hay que decirlo) interpretada por Johansson, pasa entonces de vender coches a vender… la luna. Para ello, tendrá que mudarse a Florida y tratar a diario con los científicos del complejo de cabo Kennedy, particularmente con su jefe, Cole Davis, interpretado por Tatum (sí, chicas, aquí empieza la historia de amor).

Jones y Davis se llevan fatal desde un comienzo y eso genera una relación de rivals to lovers entrañable que ni siquiera termina de quitarle protagonismo a la auténtica historia. Una historia reforzada, además, con un montaje dinámico y una protagonista femenina fuerte e inteligente que pasa por encima de casi cualquier hombre de una forma poco realista para esos años (que se lo digan a Midge Maisel). Pero pese a no centrarse a la hora de añadir el toque machista acorde a la época, sí que se han centrado en criticar otros puntos. Como el hecho de haber estado gastando millones en la carrera espacial teniendo a sus soldados muriendo en Vietnam o que hasta el espacio es la valla publicitaria perfecta. Por eso el primer reloj que fue a la luna resultó ser un Omega y por eso también se generó, en la película, esa idea primera de crear una grabación que poder usar de backup en el caso de que la auténtica no llegara a término, porque era necesario vender el triunfo del pueblo americano al propio pueblo americano para mantener la esperanza en el trabajo del gobierno en esos términos, recuperando así la fe perdida en las anteriores misiones fallidas de la NASA.

Después de visualizar Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023), creo que ha quedado bastante claro que nos morimos por los lanzamientos y que nadie nos despega de la silla cuando estamos a punto de ver uno, ya sea de bombas atómicas o de cohetes espaciales, y eso es algo que la película aprovecha muy bien, dándole la importancia que tiene a la misión y al propio lanzamiento sobre la historia de amor, sin terminar de desmerecer esta.

Lo que no pasa por alto la película tampoco es el juego que pueden generar los personajes grises, pues mientras Cole es un Capitán América de los pies a la cabeza (y hasta él aprende algo de su partenaire), tanto Kelly como Moe juegan en un amplio espectro de grises que van, por otro lado, acordes a su profesión. No existe un villano abocado a hacer el mal o vengarse en el caso de que le lleven la contraria, sino un profesional con las cosas claras que sabe cuándo, siguiendo sus normas o no, una persona ha logrado un trabajo excepcional y lo celebra por ello.

Exactamente de la misma forma que nosotros deberíamos celebrar una película que promete en su tráiler exactamente lo mismo que nos termina dando (algo que hoy en día es más difícil de lo que parece). Por eso os dejamos a continuación un pequeño adelanto a ritmo de T. Rex, esperando que estéis preparados para pasar un buen rato y olvidaros de todo lo que no tenga que ver con el Apolo 11:

Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para disfrutar de una estupenda sesión de cine.

Strangers: Capítulo 1 – Nada Nuevo Bajo Las Máscaras

¡Muy buenas, seguidores de Pasaporte Akihabara! Hoy os traigo la reseña de la tercera entrega de la franquicia ‘The Strangers’. Si bien el final de la anterior, que data de 2018, podría dar a entender que esta sería una secuela, nos encontramos ante un remake.

Póster oficial de la película

‘Strangers: Capítulo 1’ está dirigida por Renny Harlin, conocido por ‘El exorcista: El comienzo’ y ‘Hércules: el origen de la leyenda’. La película comienza con estadísticas sobre muertes violentas en EE.UU., intentando crear un sentimiento de terror, pero este primer impacto se desvanece rápidamente.

Madelaine Petsch y Froy Gutierrez interpretan a una pareja que reserva una cabaña en un bosque remoto. Celebran su quinto aniversario, pero todo se irá al traste cuando unos enmascarados irrumpan en la casa. La trama es sencilla, típico home invasion, pero así como la original del 2008 era más aterradora, esta nueva entrega se pierde en clichés típicos. ¿Asusta? Claro, te mantiene en tensión y algún susto te llevas, pero siendo la 3ª entrega de una saga debería buscar innovar algo más.

Hay esperanzas en que este remake mejore gracias a que van a ser 3 entregas, rodadas a la vez y que se espera que se estrenen en este mismo año. La escena postcredito ya apunta a un desarrollo mayor en la siguiente secuela.

En resumen, ‘Strangers: Capítulo 1’ no ofrece nada revolucionario, pero si eres fan del género, puede que encuentres algo de disfrute en este remake. ¿La recomendaría? Solo si eres un entusiasta de los home invasions y quieres ver cómo sigue la saga. Para abriros el gusanillo, os dejo el trailer. ¡Hasta la próxima!

BLUE LOCK – QUE COMIENCEN LOS JUEGOS FUTBOLEROS DEL HAMBRE

A Seishiro Nagi le aburre todo en esta vida menos jugar a videojuegos. ¡Esperemos que no le aburra esta reseña de la película Blue Lock: Episodio Nagi que Pasaporte Akihabara ha tenido el placer de ver gracias a Sony Pictures!

Porque si a Nagi le aburre todo, Reo Mikage tiene las cosas claras: quiere conseguir la copa mundial de fútbol y necesita la ayuda de Nagi y el increíble talento que ha descubierto en él como futbolista.

La película de Blue Lock no es algo que alguien se haya sacado de la manga y es que existe una serie de anime anterior a esta donde uno de los rivales de Nagi y Reo es el protagonista: Yoichi Isagi. Digamos entonces que esta película se llama precisamente Episodio Nagi porque es un spin off de la serie y se va sucediendo al mismo tiempo que esta.

Ahora bien, ¿de qué va la película? Nagi y Reo, tras demostrar sus capacidades con el fútbol, han sido convocados a algo llamado Blue Lock, pero ¿qué es Blue Lock? Después del fracaso de Japón para conseguir otra copa del mundo, la Asociación de Fútbol del país nipón reúne a trescientos delanteros de distintas ligas estudiantiles en unas instalaciones conocidas como Blue Lock, donde deberán convivir y someterse a arduas pruebas para demostrar que son los mejores futbolistas de su país.

Para alguien como yo que detesta el fútbol por motivos personales, agradezco muchísimo cuando un proyecto audiovisual que tiene que ver con fútbol me cautiva. Lo mismo me sucedió con la serie de Ted Lasso o el documental de Bienvenidos al Wrexham, que también os recomiendo. En el caso de Blue Lock, cuyo anime es bastante exitoso, me ha ocurrido algo parecido y, pese a no haber visto la serie, el producto funciona muy bien. Si bien al principio quizás la trama se suceda algo rápido, termina cobrando la velocidad correcta para poder vivir junto a Nagi cómo despierta su curiosidad por algo que no sean los videojuegos y cómo busca querer desentrañar también los motivos de sus compañeros para ser amantes de dicho deporte y dejarse la piel en él. Desgraciadamente, casi al final, esta velocidad se vuelve corrosiva de nuevo, precipitando los últimos minutos y convirtiendo una parte importante de la película en poco más que un montaje veloz con música —bendita música de los animes—. Quiero pensar que semejante decisión puede haber sido tomada a conciencia para contar una parte importante desde el punto de vista de otro personaje en el siguiente episodio, así que prefiero callarme y dejar que el jugador que protagonice la próxima película me ponga los puntos sobre las íes.

Apuntad esta fecha en vuestros calendarios, porque el 5 de julio tendréis la oportunidad de ver Blue Lock: Episodio Nagi y de sacar vuestras propias conclusiones. ¿Estaríais dispuestos a adentraros en estos juegos del hambre con un balón en los pies?

Hit Man – Nunca ligar había sido tan peligroso

Gary Johnson es un profesor de instituto al que le encanta observar pájaros. En Pasaporte Akihabara somos grandes ornitólogos y por eso nos hemos interesado por la vida del protagonista de Hit Man, la nueva película de Richard Linklater que celebramos haber podido ver gracias a Diamond Films y que se estrena el día 7 de junio en cines.

Como ya hemos podido adelantar, el protagonista de Hit Man, interpretado por el nuevo novio de América, Glen Powell, se llama Gary Johnson. Pero también responde al nombre del manitas Tanner, del chofer privado Nico, del taxidermista Dean o del asesino a sueldo Ron. Las muchas identidades que Johnson se coloca en su búsqueda de poder ser de ayuda a la policía como soplón y así lograr escapar de su monótona vida han sido un reclamo que se ha utilizado como publicidad para la película de una forma triunfal y que, dentro de la pantalla, sin embargo, han mutado en algo terriblemente desaprovechado. Sí, de acuerdo, hemos visto Hit Man, no Múltiple, pero uno siempre espera que aquello que ha hecho tanta gracia en la insistente publicidad no sea solo un señuelo para llevarnos al cine (que ilusos, ¿verdad?). Aunque si de algo peca esta película es de unos métodos publicitarios mucho más sobresalientes que el propio largometraje y que, seguramente, sin todas esas reseñas que la tachan de «obra maestra» en periódicos y revistas de cine, brillaría más por sí sola, en lugar de opacarse a causa de las expectativas exacerbadas que se generan en un momento en el que las salas de cine gritan «socorro». ¿Se les puede incriminar tal desesperación cuando Furiosa, Civil War y El planeta de los simios, que eran de las apuestas más taquilleras de este año, han tenido tan poco público? Culpas aparte a los varios motivos por los que las audiencias caen en picado (un tema que requeriría de un tiempo que no tenemos), uno usa las armas que posee, supongo. Eso bien lo sabe Ron, nuestro asesino a sueldo.

Expectativas a un lado, Hit Man es una película que queda un poco en tierra de nadie. No tiene suficiente acción como para considerarse dentro de ese género, pero tampoco cumple del todo como película romántica, entre otras cosas, porque desaprovecha varias ocasiones para potenciar enredos propios de este tipo de largometrajes y que, como parte de una fórmula, suelen funcionar para generar situaciones más dinámicas y alocadas. Reconozco que no soy la mayor fan del género, pero siguiendo la estela de Powell, Cualquiera menos tú parecía tener bastante más claro lo que tenía entre manos. Sin embargo, como sabemos, hay defectos que pueden ser también vistos como virtudes y, precisamente, no venderse a clichés más obvios puede jugar tanto en el equipo perdedor como en el ganador.

Linklater, al igual que Powell (que es también guionista), crea una estructura por la que Johnson te va guiando como guía a sus alumnos sobre lo que implica el ello, el yo y el superyó, aprendiendo su protagonista por el camino la lección propia que él imparte sobre ser uno mismo y disfrutar la vida, encontrando las proporciones idóneas entre lo que uno es y lo que quiere ser. Y es que, ¿quién no querría ser un falso asesino a sueldo para salir con Adria Arjona?

Así que, si lo que necesitáis es una película desenfadada o que Glen Powell os de una clase sobre amor propio (sobre cualquier tipo de amor, ya puestos), no dejéis de echarle un vistazo al tráiler de Hit Man para contarnos, este 7 de junio, si sois más de Gary o de Ron.

Haikyu!! – La Batalla Del Basurero

¡Muy buenas, seguidores de Pasaporte Akihabara! Una semana más, vuelvo con las reseñas cinéfilas. En este caso toca hablar de la película secuela del anime Haikyu!!. No soy seguidor del anime, por lo que me he informado y resulta que esta peli es el final de la serie, por lo que la trama queda cerrada. Ahora bien, ¿qué tal es la película? Pues quedaos que os lo cuento.

Póster oficial de la película

Shoyo Hinata se une al club de volleyball del instituto Karasuno para ser como su ídolo, un antiguo jugador de los Karasuno conocido como el “Pequeño Gigante”. Pronto Hinata se da cuenta de que deberá hacer equipo con su rival de la escuela, Tobio Kageyama. Sus estilos de jugar enfrentados se convierten en un arma inesperada pero, ¿podrán derrotar a sus rivales de Nekoma en la esperadísima “Batalla Del Basurero”, el enfrentamiento definitivo entre los dos equipos?

Como digo, no conozco el anime. Para alguien así, es posible que sea algo lioso el saber quién es quién, o cómo hemos llegado aquí. Sin embargo se suplen con una trama que está bien, pero sobre todo por la animación. La animación del partido, la de los personajes y todo lo demás hace que tenga un ritmo frenético y que sientas que estás jugando tú el partido. En ocasiones ponen la cámara lenta para hacerlo aún más épico y funciona muy bien.

Mi opinión final es que es una película disfrutable para cualquiera, pero que el fan del anime lo va a gozar muchísimo. Ofrece diversión, emotividad y un gran final para la saga. Así pues, os recomiendo que vayáis a verla, que hoy mismo está en cines. Para que os entre el gusanillo, os dejamos el trailer. ¡Hasta la próxima!

Arthur – Larga vida al rey perruno

Michael Light lleva diecinueve años corriendo y esta es su última oportunidad para ganar. Por eso, en Pasaporte Akihabara, queremos dedicarle unas líneas al último estreno al que hemos sido invitados por Diamond Films: Arthur, the King (que en España ha sido traducida únicamente como Arthur).

Los fans de Siempre a tu lado o Liberad a Willy seguro que ya saben de qué va esto. La historia del sueco Mikael Lindnord, capitán del equipo de atletismo de aventura que, en uno de sus campeonatos por la jungla ecuatoriana, se encuentra a un perro callejero, logrando seguir al deportista por un recorrido peligroso que perfectamente podría haber acabado con su vida.

Póster oficial

Mark Wahlberg, que no tiene mucho de sueco, encabeza el elenco de Arthur como una versión americanizada (¿a alguien le extraña?) de Lindnord con su propia crisis de identidad. La película, en ese sentido, aborda esa obsesión insana que persigue en ocasiones a los hombres, desgañitándose por intentar demostrarse lo que son so pena de sentirse de por vida unos fracasados. Da igual que tengan una familia, que sean medio famosos o que su casa tenga chimenea en la habitación principal.

Así es cómo Michael Light se embarca en un viaje que termina siendo de redescubrimiento. Seguro de que determinadas personas como su compañero Leo Sun (Simu Liu) corren por los motivos equivocados, es palpable desde un comienzo que los motivos que mueven a nuestro protagonista no son tampoco los correctos. Y es palpable esto como lo es todo en la película, por desgracia. Desde las lecciones que se van a intentar apostillar hasta lo que te depara la siguiente escena, una tras otra. Porque, ¿para qué intentar dejar entrever los mensajes o las comparativas (dicen que los perros se parecen a sus dueños y sino fijáos en la barba de Wahlberg o en la herida de Arthur) si podemos explicarlas, desconfiando de la capacidad de síntesis de las personas? Reconozco que pensé que al menos me darían eso, pero terminé descubriendo que no. Creo que el modelo hollywoodiense no lo contempla en sus tablillas de arcilla con los diez mandamientos sobre cómo hacer una película.

Aunque hay un concepto que se plasma muy bien en este largometraje y es la capacidad de lograr algo cuando tus redes sociales echan humo. En el caso de Michael, fueron ellas las que consiguieron que su vida como deportista profesional se esfumara (obviando sus actos), también el reclamo que sus patrocinadores le piden, presencia y publicidad en ellas, y lo que finalmente ayuda a que la historia de Arthur (que es el perro, por si hace falta explicarlo también), haciéndose viral, ablande a tantas personas y acapare tanta atención, logrando así solventar mágicamente determinados trámites legales. Es imposible negar hoy en día que, desde hace tiempo, para algunas cosas, importa más el número de followers que el curriculum vitae y Michael no se libra de sufrir semejante cambio en el paradigma social.

Pero esto no se queda aquí, sino que nos lleva al siguiente tema candente dentro de la película que no da señales de humo en esta porque nadie le dedica ni una sola frase, aunque mi cabeza sí ardiera en llamas mientras la veía. Y es ese juego de ricos que atraviesan setecientos kilómetros escalando en bici o en kayak mientras lo hacen por zonas aledañas tan pobres que no tienen ni para un techo. ¿Soy la única que aprecia un patrón de cansancio en este tipo de narraciones? Succession, Saltburn, Maxton Hall, la MET gala… historias de ricos que cada vez nos quedan más y más lejos, haciéndonos pesado intentar empatizar con ellos. Aunque, en ese sentido, la presencia de Arthur ya nos arranca la suficiente lástima como para que nuestro corazón y nuestro interés se mantenga fijo en sus aventuras, por más que colinden con las de los niños ricos. ¡Ah, cuánto saben esas tablillas sobre lograr el favor del público!

Finalmente, intentando surfear las llamas y volviendo de mi mundo de fantasía para recordar que esta es una película dirigida a toda la familia (ubícate de una vez y deja de buscarle tres pies al perro), decir que si os gustan las historias basadas en hechos reales con animales, acción y que no duran tres horas interminables, siempre podréis darle una oportunidad a Arthur a partir del 31 de mayo, pues busca llamar nuestra atención presentándose con un tráiler que es todo adrenalina:

El Último Late Night- Empieza el espectáculo

¡Volvemos tras los comerciales con el siguiente invitado de la noche! ¡El presentador de televisión, Jack Delroy!

Así sonaríamos en Pasaporte Akihabara si fuéramos un show de variedades de los años 70, pero como no lo somos, intentaremos alejarnos de los trucos efectistas de turno para hablaros un poco sobre la última película que hemos podido disfrutar gracias a Filmin antes de que se estrene el día 24 de mayo. Se trata de Late Night with the Devil, que en España se ha traducido como El Último Late Night.

Póster oficial

Como todos sabemos, los festivales de cine independiente son, en muchas ocasiones, la puerta más o menos pequeña por la que entran algunas películas destinadas, en un futuro, a salas mayores. Eso mismo ha sucedido con Late Night with the Devil, que ha visto su oportunidad en Sitges, donde ha sido nominada a mejor película y ha ganado el premio a mejor guion, escrito por los hermanos Cairnes, que son también directores.

Aquí es, precisamente, donde mi mandíbula se desencaja. Una película que pertenece al género de terror, ¿puede ganar un premio a mejor guion cuando los primeros minutos ya te revelan la información suficiente para que sepas qué es lo que va a pasar al final? No me refiero a que antes de acabar la película te suelten una pista con la que tú hiles con tu suspicaz aguja lo que habías visto en un comienzo, sino que, si ya eres una persona con calle, en los primeros minutos en los que se te expone la vida del protagonista gracias a un video documental que te sumerge en la época, escuchas los dos datos necesarios para generar una historia que esperas no sea tan obvia y termines equivocándote. Pues bien, eso no sucede.

Pero como decía Jack el destripador (y seguramente Jeffrey Dahmer también), vayamos por partes. Para empezar, Late Night with the Devil es una película found footage, que viene a decir que te van a soltar el metraje encontrado de lo que corresponda, como bien sucede también en El proyecto de la bruja de Blair, por poner un ejemplo conocido. En este caso, la cinta se inspira en un show de variedades que triunfó en Australia, presentado por el periodista americano Don Lane y donde se podían ver todas las noches exorcismos, abducciones u otras parafernalias parapsicológicas. Sí, el Iker Jiménez de Australia. Pero la cosa no se queda ahí, porque Lane contó con la presencia de los mismísimos Warren en uno de sus programas, a los que se hace un guiño en la película, así como los propios invitados de este Late Night with the Devil, inspirados en personas reales que fueron a su programa en alguna ocasión. Las referencias, sin embargo, no terminan tampoco aquí, porque la época bien se presta a jugar con las sectas satánicas del momento y a rememorar el regusto al maligno que todavía estaba presente gracias a la película El exorcista.

En este caso ficticio, estamos hablando de una grabación del último episodio, emitido el día de Halloween, de un famoso late show de los años 70 llamado Night Owls, cuyo conductor es Jack Delroy, maravillosamente interpretado por David Dastmalchian (El Caballero Oscuro, Escuadrón Suicida, Oppenheimer, Dune). Como le corresponde a su propio personaje dentro del show, casi todo el peso de este largometraje recae en Dastmalchian, que aguanta el tipo con una chispa que amenaza con fundir los plomos de tu televisor. Algo no muy alejado a lo que sucede en la trama de la propia película. Pero la elección del actor no fue algo casual, porque Dastmalchian no solo tiene esa distinción de haber salido en largometrajes de renombre, sino que, rebuscando un poco en su vida, los hermanos Cairnes descubrieron que era más conocedor de la materia de lo que ellos imaginaban al encontrar un artículo que había escrito para una revista acerca de presentadores de programas de misterio. ¡Cuando el destino llama a tu puerta es imposible ignorarlo! Y eso mismo sucede en esta película con los espíritus.

Jack Delroy, que es nuestro protagonista, lleva años siendo el presentador de un programa que comenzó en la lista de números uno, pero que ha ido descendiendo en audiencia con el paso del tiempo. Delroy ha intentado de muchas formas distintas volver a reflotar el espectáculo, pero las audiencias han seguido cayendo. Esa noche, sin embargo, los invitados y las circunstancias que conformarán al programa emitido el 31 de octubre de 1977 prometen garantizarle un share nunca visto, aunque se convierta en su última emisión.

Si algo suscita este tipo de representaciones en directo con prestidigitadores de todo tipo y parapsicólogos charlatanes es agnosticismo. Eso es algo que la película sabe llevar muy bien, haciéndote dudar constantemente de la veracidad de los hechos y de cómo todo puede estar más o menos preparado para generar, precisamente, ese empujón de audiencia que tanto necesita el programa. Dastmalchian, en su papel, baila entre la inconsciencia y el disfrute, entre hacer las preguntas adecuadas y prender las mechas oportunas, ignorando que todo terminará saliéndose de madre cuando un espíritu inesperado se presente en el felpudo del plató, limpiándose sus translúcidos zapatos y aguardando a que un circo de inconscientes le abran la puerta.

Quiero creer que lo valorable de la película no es tanto el misterio (obvio donde los haya) como la forma cuidada de mostrarlo. Para empezar, las imágenes ciertamente documentales que te presentan la situación, basadas en la película The Killing of America, que hasta replican su misma fuente a la hora de poner título a la película. Desde ahí, se vale del conocido formato late show con toques añejos en el que se intercalan imágenes detrás de las cámaras donde, si pensabas que todo estaba orquestado, piensa dos veces. Tres, incluso, porque les encanta ser ambiguos y a nosotros que lo sean.

¿Creéis que es verdad lo que dicen? Que la película se rodó en tan solo veinte días, ¿o que es otro truco de Delroy para generar expectación?

Sea como fuere, no podéis perderos la experiencia de ver este late show demoníaco el día 24 de mayo y aquí os dejamos un tráiler para abriros un poco la puerta al programa de Jack:

Pero cuidado, porque uno nunca sabe quién va a estar al otro lado.

Garfield – Nueva imagen, mismo Garfield

¡Muy buenas, seguidores de Pasaporte Akihabara! Os traigo una nueva reseña. En esta ocasión, gracias a Sony, hemos podido ver la nueva adaptación de Garfield, el gato que odia los lunes (¿y quién no, verdad?). Para esta nueva película han optado por usar animación 3D. ¿Qué tal habrá salido? Quedaos que os lo cuento.

Póster oficial

Todos conocemos a Garfield, ¿verdad? Ese gato naranja que odia los lunes, ama las lasañas más que a John y que tiene a Odie como su mascota. Pero ¿cómo se conocieron Garfield y John? En esta película veremos su primer encuentro cuando Garfield es un cachorrito. También conoceremos su pasado y gracias a ello vivirán una gran aventura.

Cuando Odie y él se ven obligados a colaborar con el padre perdido de Garfield en una misión, los sentimientos de ambos se verán puestos a prueba. Además, la malvada Jinx no les dejará en paz y tendrán que confiar los unos en los otros para poder salir adelante.

La película es divertida, eso es innegable. Tiene momentos en los que me reí bastante, pero lo que me sorprendió para bien es lo emotiva que llega a ser en algunos momentos. La animación 3D le queda muy bien y la trama, si bien es sencilla, es efectiva y logra su objetivo de entretener.

La gran pega para mí es el doblaje. Santiago Segura pone voz a Garfield y a pesar de las críticas, acaba siendo el más solvente de las 3 celebridades que han contratado para dar voz a ciertos personajes. Alaska pone voz a la villana Jinx y Pepe Rodríguez, el cocinero, es Roland, un secuaz de Jinx. Teniendo en cuenta las grandes voces que hay en original como Samuel L. Jackson, Nicholas Hoult, Hannah Waddingham, Brett Goldstein o Ving Rhames considero que tenían que haber contratado a actores y actrices de doblaje profesional, que nos dan un trabajo de gran calidad.

Con una duración de una hora y treinta y cinco minutos más o menos es una gran opción para ir al cine con la familia. Para abriros el gusanillo, os dejo el trailer. ¡Hasta la próxima!

Spy × Family Código: Blanco – Salvar Al Mundo En Familia Mola Más

¡Muy buenas, seguidores de Pasaporte! Volvemos con nuestras reseñas cinéfilas. En esta ocasión os hablaré de “Spy × Family Código: Blanco” gracias a Sony. La película de esta famosa serie anime aterriza hoy, 19 de abril, en cartelera, dispuesta a arrasar gracias a su humor y locura. ¿Qué tal será la peli? Quedaos que os lo cuento.

Poster oficial

Loid Forger, también conocido como el agente Twilight, recibió una orden para que lo reemplazaran en la Operación Strix. Mientras tanto, Anya Forger participa en un concurso de cocina en Eden Academy, con una Stella como recompensa rumoreada. Para evitar que ocurra el reemplazo, Loid decide ayudar a Anya a ganar la competencia preparando la comida favorita del director. Los Forger deciden viajar a la región de origen de la comida y desencadenan accidentalmente una cadena de acciones que podrían poner en riesgo la paz mundial.

Con esta sinopsis, podemos hacernos a la idea de la locura de película que tenemos. Es una peli muy divertida, con una acción muy buena y con unos personajes que son para comérselos. Además, los momentos emotivos destacan para bien. Me declaro fan absoluto de las salidas humorísticas que tiene Anya.

Debo decir que no he visto el anime. Para aquellos que os pueda preocupar no haberla visto, no pasa nada. Los primeros minutos te ponen en antecedentes para que sepas de qué va la cosa. La animación, a cargo de Takashi Katagiri, es muy detallada y fluida, y está muy bien acompañada con la banda sonora de Kana Shibue.

Con todo esto, solo me queda decir que la recomiendo encarecidamente. Me lo pasé genial viéndola, así que si tenéis la oportunidad de verla, no lo dudéis. Os dejo el trailer por si os entra el gusanillo. ¡Hasta la próxima!