Por fin he podido ver el remake dirigido por Steven Spielberg del clásico de 1961 de Jerome Robbins y Robert Wise. Antes de meterme de lleno en los detalles de la película he querido comentar que me ha parecido un buen remake, ya que mantiene la esencia de la película clásica pero dandole un toque diferente gracias a la gran experiencia de Steven Spielberg.
En esta ocasión el papel de María esta interpretado por la actriz Rachel Zegler y en cuanto el papel de Tony es interpretado por Ansel Elgort. Aparte de esto, el personaje que hace una actuación increible en todo momento es Anita, que en esta nueva adaptación es interpretado por la actriz Ariana DeBose.
Es cierto que para muchos puede acabar siendo un poco larga, sobretodo en el arco final de la película pero en mi opinión está bastante bien desarrollada que me mantuvo atento en todo momento a la película.
Uno de los aspectos que ha mejorado esta versión en comparación al clásico son los efectos visuales (hecho que se entiende porque el clásico fue en 1961) pero no lo digo como una critica sino como un hecho de que han sabido mejorar algo que ya de por si esta bastante bien hecho en su antecesora.
Otro hecho a destacar es que en esta he notado más colorido en sus escenas, ayudando a que tanto los efectos visuales como el impacto de dichas escenas sea mayor.
Lo que si es cierto es que sea una versión u otra, las canciones importantes de la cinta se sigue sintiendo como si fuese la primera vez que la escuchas.
En conclusión le pongo un 8/10 porque a pesar de haber conseguido mejoras del clásico, me tengo que quedar con la antecesora porque no es nada fácil conseguir lo que consiguió la primera pelicula 50 años antes que esta nueva versión con mucho menos avances tecnológicos. En esta ocasión, nada superará a la película original.