A Seishiro Nagi le aburre todo en esta vida menos jugar a videojuegos. ¡Esperemos que no le aburra esta reseña de la película Blue Lock: Episodio Nagi que Pasaporte Akihabara ha tenido el placer de ver gracias a Sony Pictures!
Porque si a Nagi le aburre todo, Reo Mikage tiene las cosas claras: quiere conseguir la copa mundial de fútbol y necesita la ayuda de Nagi y el increíble talento que ha descubierto en él como futbolista.
La película de Blue Lock no es algo que alguien se haya sacado de la manga y es que existe una serie de anime anterior a esta donde uno de los rivales de Nagi y Reo es el protagonista: Yoichi Isagi. Digamos entonces que esta película se llama precisamente Episodio Nagi porque es un spin off de la serie y se va sucediendo al mismo tiempo que esta.
Ahora bien, ¿de qué va la película? Nagi y Reo, tras demostrar sus capacidades con el fútbol, han sido convocados a algo llamado Blue Lock, pero ¿qué es Blue Lock? Después del fracaso de Japón para conseguir otra copa del mundo, la Asociación de Fútbol del país nipón reúne a trescientos delanteros de distintas ligas estudiantiles en unas instalaciones conocidas como Blue Lock, donde deberán convivir y someterse a arduas pruebas para demostrar que son los mejores futbolistas de su país.
Para alguien como yo que detesta el fútbol por motivos personales, agradezco muchísimo cuando un proyecto audiovisual que tiene que ver con fútbol me cautiva. Lo mismo me sucedió con la serie de Ted Lasso o el documental de Bienvenidos al Wrexham, que también os recomiendo. En el caso de Blue Lock, cuyo anime es bastante exitoso, me ha ocurrido algo parecido y, pese a no haber visto la serie, el producto funciona muy bien. Si bien al principio quizás la trama se suceda algo rápido, termina cobrando la velocidad correcta para poder vivir junto a Nagi cómo despierta su curiosidad por algo que no sean los videojuegos y cómo busca querer desentrañar también los motivos de sus compañeros para ser amantes de dicho deporte y dejarse la piel en él. Desgraciadamente, casi al final, esta velocidad se vuelve corrosiva de nuevo, precipitando los últimos minutos y convirtiendo una parte importante de la película en poco más que un montaje veloz con música —bendita música de los animes—. Quiero pensar que semejante decisión puede haber sido tomada a conciencia para contar una parte importante desde el punto de vista de otro personaje en el siguiente episodio, así que prefiero callarme y dejar que el jugador que protagonice la próxima película me ponga los puntos sobre las íes.
Apuntad esta fecha en vuestros calendarios, porque el 5 de julio tendréis la oportunidad de ver Blue Lock: Episodio Nagi y de sacar vuestras propias conclusiones. ¿Estaríais dispuestos a adentraros en estos juegos del hambre con un balón en los pies?