¡Muy buenas, seguidores de Pasaporte Akihabara! Una semana más, volvemos con las reseñas de cine. Esta vez, y gracias a Sony, hemos visto “Los Caballeros del Zodíaco“. Sabemos que las versiones live action de Hollywood de animes no tienen muy buena fama (sí, estoy refiriéndome a Dragon Ball: Evolution y Death Note), pero ¿que tal habrá salido esta versión? Quedaos y os lo comento.
Dirigida por el polaco Tomasz Bagiński, el guion está escrito por Kiel Murray, Josh Campbell y Matt Stuecken y es una coproducción de Sony Pictures con Toei Company. Es una película de acción que adapta el famoso manga y anime “Saint Seiya” o como se la conoció aquí en España, “Los Caballeros del Zodíaco“. Aquí debo hacer una pequeña confesión: nunca vi la serie original, y por tanto no soy capaz de apreciar lo fiel o no fiel que es respecto a su versión animada.
El reparto está compuesto por Mackenyu y Madison Iseman como Seiya y Saori/Atenea respectivamente. El resto del reparto se compone de Sean Bean como Alman Kido, Famke Janssen como Guraad, Mark Dacascos como Mylock, Nick Stahl como Cassius, Diego Tinoco como Nero, David Torok como Jaki y Caitlin Hutson como Marin.
Seiya, un joven luchador que vive en las calles, despierta un poder interior mientras está en una pelea. Eso hará que dos facciones vayan a por él: la liderada por Alman Kido (Sean Bean) y la liderada por Guraad (Famke Janssen). Sin más opción que huir, descubrirá que los antiguos dioses están despertando y que la primera que lo ha hecho es Atenea, en el cuerpo de una joven llamada Sienna. Por si no fuera suficiente, descubrirá que él es uno de los guardianes destinados a protegerla, es un Caballero del Zodíaco.
Con esta premisa comienza la película. Si bien no puedo juzgar objetivamente cómo de buena es como adaptación, sí que puedo analizarla como película de acción. En ese sentido, es una buena película, con dosis de acción muy abundantes y unas coreografías muy bien rodadas con un buen uso de la cámara lenta. El reparto cumple con solvencia excepto por un actor. No diré quién, para no condicionaros. Aún así, como decía, es un reparto solvente.
La fotografía es, junto con la banda sonora de Yoshihiro Ike, uno de los grandes puntos fuertes de la película. Rodada en Hungría, tiene unos escenarios muy chulos visualmente. Por su parte, la banda sonora es potente, combina muy bien con las escenas de lucha.
Tiene una duración de una hora con cincuenta y dos minutos, no se hace larga en ningún momento, y sin ser una joya, es bastante, pero bastante, mejor que Dragon Ball: Evolution. Se estrena hoy mismo en cines, así que os dejamos el trailer por si os entra el gusanillo. ¡Hasta la próxima!