RESEÑA SERIE BESOS, KITTY

«Se escribe una nueva historia de amor cuando Kitty, la joven celestina, se reencuentra con su novio a distancia en el mismo internado al que asistió su difunta madre. Ve todo lo que quieras. Anna Cathcart, la reina de las escenas de “A todos los chicos”, se une a Minyeong Choi y Gia Kim en esta serie derivada.»

Si habéis visto la trilogía A todos los chicos, seguro que conocéis a Kitty, la hermana más pequeña de la familia Song. Es una celestina empedernida, una enamorada del amor… y de Dae, ese chico coreano que conoció en su viaje a Seúl con su familia. Desde entonces, mantiene correspondencia y llamadas con él (aunque no le guste Harry Potter). Su relación es tan intensa que Kitty cae en las garras del amor y, aprovechando que descubre dónde estudió su madre en Corea del Sur, se apunta al programa de becas del mismo instituto al que ella fue… y al que va ¡Dae!

No voy a entrar en detalles de la que se lía desde el momento en que a Kitty le dan la beca y se traslada al instituto KISS. Pero sí que quiero destacar la maravillosa variedad de personajes que encontramos: el atleta, el ligón, el chico bueno, la chica popular… Y todos son más que esas simples etiquetas. Lo mejor de todo es ver cómo cada personaje, incluido el de Kitty, evoluciona a lo largo de la serie y se convierte en algo totalmente diferente. Por no hablar de ese final, ¡MADRE MÍA!

Netflix ha apostado por una historia que combina la comedia romántica adolescente americana con el k-drama que está tan de moda últimamente y que se ha abierto paso como un huracán en nuestros corazones.

Espero que pronto se confirme una segunda temporada. Necesito saber qué ocurre al final con Kitty y Min-ho; qué será de Dae, Yuri y Juliana; y cómo superará Florian los obstáculos para estar con su verdadero amor.

¿Cuánto habrá que esperar para volver a Seúl?

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